viernes, septiembre 24, 2004

¿Quién habla de ética?

(2004-09-24)
Publicado en el diario La Crisis

¿Quién dicta qué no y qué si deben hacer los representantes de los distintos poderes de la Unión?
¿Quién debe dar el visto bueno para que un representante del Poder Judicial se reúna con uno del Ejecutivo?
¿Quién tiene la calidad moral y política para hablar sobre legalidad y ética?
¿Por qué motivo debe conocer la opinión pública lo tratado en reuniones entre los máximos representantes de los distintos poderes públicos?
Pregunto todo esto porque Andrés Manuel López Obrador dijo la mañana de este martes que la obligación de dar a conocer lo conversado entre el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia, Mariano Azuela, y el presidente Vicente Fox, no es un asunto de formalidad, sino algo que tiene que ver fundamentalmente con la ética.
Sin embargo, todo hace suponer que el señor Jefe de Gobierno padece de Alzheimer porque olvida que desde que le fue entregado el mando para gobernar la ciudad, también se reunió con Mariano Azuela, e hizo lo mismo con el antecesor de éste, el yucateco Genaro Góngora Pimentel. Y fue dentro de la gestión de este último, quien dijo ser amigo del tabasqueño, cuando López Obrador ganó algunas controversias constitucionales al Poder Ejecutivo, entre ellas la del horario de Verano.
¿Acaso López Obrador o los ministros presidentes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación no fueron éticos en aquellos momentos?
Porque si de ética se trata, entonces ¿por qué motivo López Obrador influye en los trabajos del poder legislativo local?
Y vamos más allá. Si López Obrador es ético, ¿por qué razones esconde las cuentas de los segundos pisos, de las compras de vagones del Metro y otros documentos donde se presume corrupción por parte de sus más allegados colaboradores dentro del gobierno?
Y ¿por qué se ha convertido en el protector del señor de las ligas y los sobornos, mejor conocido como René Bejarano?
La separación de los poderes del Estado no debe observarse como el total aislamiento de un poder con respecto a los otros.
La división de poderes no puede convertir a los poderes en entes ajenos uno del otro. Pero tampoco debe permitir que un poder medie o negocie entre los intereses de los involucrados en un conflicto.
En el caso del Poder Judicial de la Federación, a quien López Obrador ha puesto en entredicho por enésima ocasión, lo único que le está permitido es velar por la observancia de la legalidad, porque en un estado de derecho la ley se aplica por encima de cualquier consideración que no se deba al Derecho mismo.
Pero lo que López Obrador ha pretendido es utilizar el uso de la fuerza frente al uso de la razón.
Y para utilizar esa fuerza es que ha usado las conferencias de prensa matutinas, en las que da línea, en las que manda a los medios a perseguir a sus adversarios, pero en esa persecución de sus enemigos, también ha pasado a llevarse entre las patas al Poder Judicial.
Y si de ética quiere hablar López Obrador, que dé el primer paso y no utilice las conferencias mañaneras para perseguir a sus enemigos, y dé a conocer el estado de la ciudad, la que por cierto se han dado muestras, desconoce?

Addendum

Hoy los diputados de la Asamblea Legislativa están metidos en un gran problema de credibilidad frente a los ciudadanos. El autor del origen de este conflicto es René Bejarano, pero nada pasa en torno a este hombre que al parecer se ha convertido en amo y señor de la ¿política? en el Distrito Federal... Por cierto, este Bejarano ya está hasta el gorro de las triquiñuelas que está realizando uno de sus alumnos que al parecer salió demasiado adelantado, Miguel Bortolini, que se quiere embolsar más que las ligas en Coyoacán. Pues Bejarano va a iniciar una embestida mediática contra el Jefe Delegacional, que por cierto tiene mucha cola que le pisen...

renatoconsuegra@yahoo.com.mx