lunes, abril 18, 2005

Decidió jurídicamente, no exoneró

(2005-04-18)

La decisión tomada el pasado viernes en el Tribunal Electoral del Distrito Federal fue, a todas luces, moralmente impropia, porque permitió a Santiago Creel y al Partido Acción Nacional quedar impunes tras presuntamente haber cometido el abuso de gastar más dinero del legalmente permitido durante la campaña electoral de 2000, a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal.
Como usted recordará, el 15 de diciembre, luego de un par de aplazamientos, el pleno del Consejo General del Instituto Electoral del Distrito Federal tomó la decisión de no sancionarlos debido a que la consejera electoral Rosa María Mirón Lince, quien previamente había dado su voto a favor del dictamen sancionador, decidió retractarse.
De esa forma el PAN y su candidato —hoy secretario de Gobernación y aspirante a la Presidencia de la República— se salvaron de pagar una multa de 4.5 millones de pesos, además del aviso que el IEDF debía dar a las autoridades encargadas de la procuración de justicia, para hacer el seguimiento a los delitos de carácter electoral a que ha lugar.
El problema al que se enfrentó el Partido de la Revolución Democrática fue la negativa por parte de cuatro de los cinco magistrados electorales a reconocerle interés jurídico en el reclamo presentado.
El PRD promovió un recurso con el fin de que cualquiera de las dos instancias electorales del Distrito Federal complementaran el proceso sancionador, que a decir de varios juristas y el propio presidente de la Comisión de Fiscalización del IEDF, Eduardo Huchim May, quedó inconcluso, y aunque fuera con una amonestación pública, debió terminarse.
Sin embargo, al concluir su proceso con evidentes muestras de irregularidad en tal instancia, las cosas quedaron ahí porque el Partido Alianza Social, que interpuso la queja para practicar la investigación y posterior dictamen de sanción por 4.5 millones de pesos, desapareció y con él su interés jurídico en el caso.
El PRD entonces quiso entrar a la brega jurídica como tercero perjudicado. Sin embargo, los magistrados electorales le pusieron un alto, como lo explicó Juan Martínez Veloz: “El partido hoy apelante al no haber sido directamente denunciante o quejoso en el procedimiento administrativo sancionador, ni el partido afectado por una sanción administrativa no le asiste el interés jurídico para interponer el recurso de apelación”.
Todo porque no existe en nuestra ley electoral la figura del agente del Ministerio Público para este tipo de delitos, motivo por el cual las irregularidades cometidas durante los procesos comiciales sólo son perseguibles a petición de parte y no de oficio —es decir, por obligación— como el caso de los homicidios y otro tipo de crímenes marcados en el Código Penal.
El magistrado ponente del caso, Raciel Garrido Maldonado, tras un largo debate jurídico propuso regresar el expediente al Instituto Electoral del Distrito Federal para que esta entidad fijara una sanción, es decir, completara el proceso, tras considerar que sí hubo exceso en los gastos de campaña de Santiago Creel.
En una parte de su intervención, Garrido fue muy claro en su postura: “La disyuntiva que hoy enfrentamos es: admitir el recurso interpuesto por el Partido de la Revolución Democrática y obligar al Consejo General del Distrito Federal a pronunciarse expresamente respecto de la responsabilidad que se le imputa al PAN por haber rebasado los topes de campaña en el proceso electoral del año 2000 o bien, cerrar los ojos y tolerar la omisión en que incurrió dicha autoridad electoral”.
De otra parte, lo decidido el pasado viernes fue un asunto jurídico, contemplado en las leyes y, apegados al Estado de derecho, los magistrados Estuardo Mario Bermúdez, Rodolfo Terrazas, Juan Martínez Veloz y el magistrado presidente Hermilo Herrerón, decidieron que de acuerdo con su forma de entender las reglas del juego, el PRD no tuvo ninguna afectación en el caso, sobre todo porque no fue él quien promovió la queja por rebase de topes contra el Partido Acción Nacional (PAN).
Pero es muy importante hacer notar que la valoración jurídica de los magistrados no fue en el sentido de que Santiago Creel y su partido no rebasaron el tope de gastos de campaña, como han querido sentar el presidente local del PAN, Carlos Gelista, y demás militantes panistas.
Este caso aún no está cerrado, pues el PRD tiene derecho aún, y lo va a hacer, de impugnar las instancias anteriores ante el Tribunal Electoral de la Federación.

renatoconsuegra@yahoo.com.mx

viernes, abril 15, 2005

Blanco y negro

(2005-04-15)

Quiero iniciar mi comentario con una pregunta para los lectores: ¿De qué color miran las cosas? ¿En blanco o en negro?
Porque si usted todavía tiene capacidad de verlas de otro color diferente al blanco o negro, quiere decir que aún está sano y no ha sido infectado con el virus de la polarización actual en el país, pero muy especialmente en esta ciudad de México.
Porque en este asunto del desafuero tanto una parte como la otra estiraron la liga de una manera irracional, y sólo han logrado que el país esté a punto de la ingobernabilidad y prácticamente estancado en asuntos que debieran ser de capital importancia para su futuro no sólo inmediato.
Un día de estos comí con algunos amigos, varios de los cuales tenemos también otros amigos en común, muchos de ellos militantes de la izquierda, que hoy, se han vuelto en contra de quienes de una u otra forma hemos criticado a López Obrador.
Esos amigos que no recuerdan que la labor del periodista es el análisis y la crítica para dar a los lectores y radioescuchas elementos para formar opinión.
Esos amigos que tampoco tienen en la mente la cantidad de ocasiones que hemos criticado la manera de hacer política del actual gobierno federal, de la forma ilegal como Vicente Fox llegó al poder con dinero presuntamente del extranjero, de la cantidad de ocasiones cuando censuramos la utilización de dinero de PEMEX para la campaña de Labastida y muchas otras opiniones desaprobando las actuaciones de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo.
Es decir, sólo ven en blanco o negro. En una palabra, se encuentran en un virtual estado de guerra donde si uno no está con la posición de ellos en este momento, está contra ellos.
Este grado de polarización se nota no sólo entre los periodistas, sino también en las propias familias que han llegado al grado de la ruptura, lo que habla de un completo estado de intolerancia social que, si no es conducido de una forma mesurada por los diferentes líderes sociales y de opinión, puede generar un verdadero caos social.
Un ejemplo de este grado de intolerancia fue visto ayer en la sesión de pleno en la Cámara de Diputados, cuando el diputado panista Francisco Isaías Lemus, escupió al perredista y presidente de la sección Instructora Horacio Duarte, por una presumible provocación.
No puedo calificar si fue o no provocación porque no pude observar las escenas… pero lo que se ve es que las cosas se continúan polarizando en el ambiente político, cuando son precisamente estos actores quienes deben mostrar cordura, y los cuales tienen el deber de utilizar la política como instrumento para dirimir diferencias, empero son los primeros en manifestar una total intolerancia con quienes piensan diferente.
Por el bien de todos, es necesario que veamos las cosas en su real color, que no nos apasionemos y que así como tenemos el derecho de pensar, también seamos tolerantes con quienes de la misma forma tienen derecho a tener sus propias ideas y expresarlas, no importa que lo hagan en forma diferente a la nuestra, escuchémoslos, aunque no compartamos sus puntos de vista….
Ya lo dijo el pensador francés Francois Marie Arouet Voltaire: “No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a decirlo”.
Y es que de acuerdo con varios filósofos, la auténtica tolerancia no exige que abandonemos nuestras convicciones, sino que respetemos la inviolabilidad de la conciencia ajena y su derecho no sólo a seguir sus creencias, sino también a expresarlas. Esto es lo que realmente da vida a un estado democrático, donde se permita que las ideas y creencias de unos y otros permitan al resto a crear convicciones propias. De otra forma, la eliminación de las ideas y expresiones ajenas provocan el autoritarismo.
La tolerancia también implica reconocer como intrínsecamente malo el uso de la fuerza para cambiar el modo de pensar de alguno, aunque estemos ciertos de que está equivocado. Esta es la esencia de un pensador liberal, porque los liberales no pueden ser dogmáticos.
Octavio Paz dijo en su obra Itinerarios, penúltima de su larga vida filosófica y literaria, que el relativismo "nos ha dado muchas cosas buenas y la mejor entre ellas ha sido la tolerancia, el reconocimiento del otro".
Reconocer a los demás, será siempre la mejor manera de poder convivir y enriquecer de ideas el debate político, económico y social del país.

renatoconsuegra@yahoo.com.mx

jueves, abril 14, 2005

Imprudentes

(2005-04-14)

Los hechos alrededor del desafuero más publicitado en la historia del país nos han dejado hasta ahora varias lecciones pero, sobre todo, se han descubierto una serie de incapacidades, ineptitudes, irresponsabilidades e insensatez que al tensar la liga de una y otra parte, no hicieron más que menospreciar el instrumento más viable hasta el momento para dirimir las diferencias: la política.
Y por política no debe entenderse “transar” o “negociar en lo oscurito”; mucho menos ser buen cristiano y poner la otra mejilla. No, de lo que se trata es de no ser imprudentes porque la cortedad de mirillas puede meter al país en un brete.
Hoy la Procuraduría General de la República se ha manifestado sólo como un instrumento del poder político para cobrar venganza de sus contrincantes, como sucedía en el pasado.
Tal ha sido el acoso judicial, linchamiento mediático y político para Nahum Acosta Lugo, acusado de participar con el narcotráfico desde la casa presidencial, cuya reciente liberación hace presumir un ajuste de cuentas dentro del propio primer círculo del poder.
Detrás de esta investigación se encuentra José Luis Santiago Vasconcelos, quien se ha colocado como un ariete de poderosos grupos políticos.
Está también detrás de la detención de Artemisa Aguilar, madre de Maritza Pérez y suegra de Santiago Pando, ex publicista de Vicente Fox, recluida y acusada de encabezar una banda de traficantes de indocumentados.
Es muy probable que esta acusación también sea revertida pronto.
La comparecencia de Carlos Javier Vega Memije el pasado día 7 habló de manera más que clara del modo cómo la procuración de justicia y la presunta defensa de la legalidad son utilizadas, al realizar una valoración política de las formas e inclinaciones del hacer del “acusado”, cuando lo congruente hubiera sido ceñirse a los dictados jurídicos para hacer un pormenorizado detalle de la ilegalidad cometida y sus equiparables.
Lo mismo pudo hacer López. Pero tensó la cuerda, cuando ciego, también, realizó un discurso político en el cual puso en el mismo costal a los tres poderes federales.
Para él tampoco hay matices. No existen los grises. Continúa en la tónica de una perversa conjura de todas las fuerzas del mal (dixit los Pejecomics) contra un hombre bueno al que sólo lo puede salvar el respaldo popular.
Sin embargo, y para fortuna del país. Todavía existe un Poder Judicial que, con todos y sus asegunes, en ocasiones tiene brillos frente a la ciudadanía. Y en este caso podría demostrar la mesura no lograda por los bandos en conflicto y actuar políticamente.
Es decir, puede darle celeridad al proceso penal en contra de López Obrador y dictar auto de libertad o formal prisión en un tiempo relativamente corto, para dar oportunidad a que el tabasqueño pueda contender, una vez que haya pagado su falta, si eventualmente se le demuestra.
Hacerlo de otra forma por parte del Poder Judicial no sería otra cosa que cometer una imprudencia más contra la República y sus ciudadanos. Sería dejar la inteligencia a un lado, para seguir los vuelcos de la emoción en un poder dedicado al arbitraje de las diferencias jurídicas y la administración de la justicia.

renatoconsuegra@yahoo.com.mx

miércoles, abril 13, 2005

Intolerancia

(2005-04-13)

Existen personas quienes consideran que cuando el trabajo de un periodista es crítico, ataca. Y, por el contrario, ejerce su profesión al elogiar sus querencias.
Me ha sucedido en los últimos días, con algunos lectores, entre ellos incluso amigos con militancia partidista en la izquierda.
Sorprenden sus reacciones, sobre todo porque varios de ellos se han quejado en años anteriores de la intransigencia de quienes han detentado el poder.
Pero hoy, en medio de la polarización social por el asunto del desafuero, muestran su intolerancia frente a posiciones contrarias a la suya, simple y sencillamente porque ejerzo la crítica y una posición, no contra Andrés Manuel López Obrador, sino una censura a la forma como actúa desde el poder.
Estos lectores y amigos, recuerdo que, por el contrario, se han quedado callados cuando he criticado la forma cómo Santiago Creel y Fernando Aboitiz rebasaron los gastos de campaña y, por tanto, la ilegalidad de sus actuaciones cuando uno pretende ser candidato presidencial y el otro despacha en la delegación Miguel Hidalgo.
Tampoco han aparecido cuando he criticado la forma de hacer política en el PRI y sobre Roberto Madrazo. Mucho menos la cantidad de cuestionamientos a la forma de gobernar de Vicente Fox o a las veleidades de su esposa Marta Sahagún; mucho menos las reprobaciones a Carlos Salinas o Ernesto Zedillo.
El periodismo es una profesión de interés público. Debe ser un contrapeso al gobernante en beneficio de la sociedad; debe ser un dique que frene los excesos de quienes detentan el poder público.
Quienes opinamos no estamos exentos de equivocar nuestras apreciaciones. Por eso firmamos nuestros artículos y nos hacemos responsables de lo que decimos. Estamos expuestos en no pocas ocasiones a ser llamados ante la autoridad por presuntas calumnias o difamaciones.
Pero de lo que sí debemos estar exentos es de tomar partido por posiciones personales, no ideológicas, aclaro, porque entonces nos convertimos en propagandistas.
Y si me preguntan estos lectores y amigos a quienes les gana la emoción, considero que ni Andrés Manuel López Obrador en el PRD, ni Santiago Creel en el PAN y mucho menos Roberto Madrazo en el PRI me parecen las figuras políticas idóneas para dirigir el destino del país a partir del próximo año.
Quiero recordar algo que escribí el 24 de diciembre pasado:
“¿Cómo debe ser el hombre o mujer que tendrá la alta responsabilidad de dirigir el destino económico-político-social de este país durante los seis años siguientes, cuando atravesemos el misterioso umbral de los años 10 (1810-1910-2010) que muchos esperan con gran inquietud?
“Roto el sistema político surgido de la llamada Revolución Mexicana, donde el poder se dirimía al interior del propio partido en el poder, cualquiera de los políticos que se encuentra en la primera línea considera tener las suficientes capacidades y merecimientos para ocupar la silla presidencial, aunque su vida política haya sido corta hasta el momento.
“Sin embargo, de acuerdo con lo manifestado hasta ahora, todos y cada uno de los que se acercan a la línea de partida se han distinguido por ser personajes cuyos proyectos políticos se basan en la inmediatez, en la propuesta fácil, en el acarreo de simpatías más que de convicciones, en la conquista fácil del voto como fin último, a costa de lo que sea, sean mentiras, dinero o alianzas oscuras; encabezan, a fin de cuentas, proyectos de grupo pero no de nación. Se miran como eje, no al país.
“Hoy mismo la transición a la democracia se encuentra débil y sin rumbo porque ninguno de los actores políticos, sociales y económicos ha estado a la altura de las expectativas. Cada uno ha mirado a su alrededor y es producto de la cortedad de su vista. No ven más allá.
“Sin embargo, lo que realmente necesita el país en estos momentos de desconcierto generalizado, donde han campeado la avidez por la mesura o la intransigencia en lugar del acuerdo, es tener en la Presidencia de la República a un hombre o mujer con miras superiores, a un personaje cuyo proyecto tenga la vista puesta en lo importante y a la vez urgente, no en lo inmediato.
“Es decir, lo que México necesita es a un verdadero estadista que ponga en relieve las piezas que le permitan al país aterrizar en la democracia, a partir del desmantelamiento total del viejo régimen y la consolidación de nuevas reglas, ya que actualmente nos encontramos con una situación ambigua, de enormes riesgos para la gobernabilidad y de continuidad, que deben evitarse antes del surgimiento de situaciones extremas que amenacen el orden institucional, y la única oportunidad de hacerlo es avanzar de manera decisiva en las reformas del Estado.
“Para darle rumbo, sin duda, es necesario alguien que mire más allá de sus intereses particulares o de grupo. La pregunta es: ¿Quién?
“En estos momentos existe en el horizonte cerca de una veintena de aspirantes y cada uno de ellos dice ser el mejor. Pero la pregunta nuevamente es ¿quién tendrá visión de estadista, quién?
“Y si me preguntan, de manera muy personal, afirmo que de entre ellos, ninguno”.
Sin embargo, existen mexicanos capaces, inteligentes, verdaderos estadistas. Una lástima es que no se encuentran en esa primera línea de partida.
Una lástima también es voltear y encontrar que la llamada “izquierda” es más intolerante, incluso, que la propia derecha.

renatoconsuegra@yahoo.com.mx

martes, abril 12, 2005

Congruencia y ausencia de ella

(2005-04-12)

Así como entre una pequeña parte ilustrada y la mayoría no ilustrada de la sociedad mexicana va en aumento el triunfo de la emoción sobre la razón por el discurso de Andrés Manuel López Obrador, en forma proporcional aumenta la larga lista de violaciones a la ley del actual Jefe de Gobierno.
Pero a sabiendas de que entre más se victimice, más adeptos consigue a su candidatura presidencial, incluso parece fomentar tales violaciones.Así, de la misma forma como le cantaron el pasado fin de semana enfrente de su departamento, que con fuero o sin fuero hace siempre lo que quiere, porque su palabra es la ley, López no realizó la solicitud formal de permiso para abandonar el cargo de Jefe de Gobierno, el cual ya no se presentó a desempeñar desde el viernes 8 de abril.
El artículo 111 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Título Cuarto, donde se estipula sobre las Responsabilidades de los Servidores Públicos y Patrimonial del Estado, dice que “el efecto de la declaración de que ha lugar a proceder contra el inculpado será separarlo de su encargo en tanto esté sujeto a proceso penal”.
Y salvo se busquen interpretaciones legaloides, el texto constitucional dice de manera clara que el efecto de la declaración de desafuero “será separarlo de su encargo en tanto esté sujeto a proceso penal”.
Pero López Obrador aún no está sujeto a proceso penal. De acuerdo con la Procuraduría General de la República, la averiguación previa sobre el desacato judicial aún se encuentra en integración, todavía no ha sido consignada ante un juez penal y tampoco éste ha obsequiado la orden de aprehensión.
Ese sería el momento cuando pierde sus derechos políticos, no antes, como también la hora de que un reemplazo suyo tome las riendas del gobierno, porque es hasta ese momento cuando faltaría.
Incluso, si nos apegamos a la legalidad, aún si es aprehendido, tendrá 48 horas o el doble de ellas para poder defenderse de las acusaciones consignadas en el pliego petitorio de la orden de aprehensión y sólo estará sujeto a proceso si el juez le dicta el auto de formal prisión.
De esta forma, es claro que López Obrador no fue separado del cargo. Por lo tanto, si no solicitó un permiso, el cual debió ser ante la Asamblea Legislativa, para separarse temporalmente de su responsabilidad pública, podría incurrir en "abandono de función".
Es decir, López Obrador tiene la obligación constitucional, mientras no solicite permiso o licencia temporal, de gobernar la ciudad.
Por otro lado, es necesario hacer notar lo siguiente: las leyes no contemplan sanción alguna para la Procuraduría General de la República o quien la represente legalmente (en este caso el subprocurador Carlos Javier Vega Memije), en la eventualidad de solicitar el desafuero de algún funcionario público y no tener armada la averiguación previa para su consignación en el momento cuando este proceda.
De tal forma se hace pertinente tomar nota del asunto y proponer una adición legal para evitar que precisamente la procuración de justicia se tomé para fines netamente políticos y no jurídicos.
Porque tampoco en un Estado de Derecho y mucho menos en una democracia, así sea incipiente como la nuestra, se puede permitir el uso y abuso del poder de quienes lo ostentan, para desde ahí truncar carreras políticas, cobrar venganzas o simplemente beneficiarse de la aplicación facciosa de las leyes.
Antes que cualquiera otra cosa el Estado Mexicano y quienes fueron elegidos para administrar el país en los aspectos económico, político y social, deben ser congruentes no solamente con sus propuestas y sus palabras, sino con sus acciones.

Addendum

Por cierto, López Obrador dice que no tendrá abogado en la causa penal que está por iniciársele. Lo que quizá no le han dicho sus asesores, o quizá no les escuchó, es que en el Sistema Jurídico Mexicano por ley toda persona tiene derecho a contar con un abogado, y si no tiene o no quiere pagarle, se le asignará uno de oficio…

renatoconsuegra@yahoo.com.mx

lunes, abril 11, 2005

Auténtica oportunidad para la democracia

(2005-04-11)

El jueves de la semana pasada la Cámara de Diputados, constituida como Jurado de Procedencia decretó que ha lugar para proceder judicialmente en contra del Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador por el presunto delito de abuso de autoridad.
Y contra todos los pronósticos la “frágil democracia mexicana” no se ha visto disminuida, aunque de modo sectario ha sido cuestionada por los agoreros del desastre que proponen mantener el status quo.
Tampoco salió a las calles la oleada sin control de millones de mexicanos, presuntamente simpatizantes del líder perredista. Había dicho el propio tabasqueño que 80 por ciento de la gente en el país estaba contra el desafuero.
Todo ello muestra una gran madurez de la mayoría de la población, la cual no se dejó engañar tan fácilmente por este show mediático-político en que unos y otros convirtieron el proceso, cuando lo más sano es considerarlo como algo normal en una democracia regida y fortalecida por el Estado de Derecho.
El londinense Financial Times, los estadounidenses The Washington Post y The New York Times, así como algunos otros diarios del exterior habían pronosticado un duro golpe a la frágil democracia electoral de cinco años en nuestro país, en caso de proceder al desafuero de López Obrador.
Algunos de ellos, al seguir las declaraciones de ciertos “intelectuales” que poco o nada pierden desde su cómoda posición en las esferas del poder, advirtieron que era una forma de poner un alto a las aspiraciones de la izquierda mexicana, como si esta en verdad existiera.
Es cierto lo dicho por otros muchos: la democracia en México es todavía frágil. Nadie discute el deber de fortalecerla.
Pero para fomentar su robustez una de las cosas que menos se debe tener es miedo a los cambios en la forma de hacer las cosas.
Demostrar que la impunidad en el poder público debe ser cosa del pasado puede ser desde hoy uno de los escasos beneficios heredados por este gobierno federal, incapaz de convertirse en un gobierno de transición.
Y en el caso del Jefe de Gobierno del Distrito Federal, el delito no es grave, la pena puede ser conmutada inclusive por una multa administrativa y todo mundo contento.
Sobre todo porque este show ha servido para los fines mediáticos de López Obrador, quien ha sabido usufructuarlo de inteligente forma.
Pero lo más importante de este episodio, al menos donde va, es que debe dejar beneficios para la aún débil democracia mexicana.
Y uno de ellos es que a partir de aquí, tanto el presidente Vicente Fox como su partido el PAN y el PRI, tienen la obligación política, moral y ética de llamar a cuentas a cualquiera funcionario público que quebrante las leyes, en aras de un verdadero Estado de Derecho y una auténtica rendición de cuentas que tanta falta hace al país.
''Creo que México da un ejemplo al mundo de legalidad, de apego a ley y también una clara señal de la fortaleza de nuestras instituciones'', dijo Fox desde Roma. Si esto es verdaderamente así, y hay un cambio en la forma de conducir la Nación, eso debe demostrarse en el resto de la vida pública del país.
Hay asuntos irresueltos como el Pemexgate, Los Amigos de Fox, el Fobrapoa-Ipab, la Matanza de Tlaltelolco, incluso asuntos como la piratería y el comercio informal o, también, los casos de Guido Belsasso y otros.
Esa es la única forma de que los mexicanos, seguidores de cualquier corriente ideológica, política o partidista crea realmente en el quehacer de la política.
Lo demás, seguirá siendo únicamente un show en el camino hacia la Presidencia, cuando lo más sano debería ser la construcción de candidaturas más creíbles y atractivas, para dejar atrás la ancestral demagogia.

renatoconsuegra@yahoo.com.mx


viernes, abril 08, 2005

Dale la vuelta

(2005-04-08)

Existen varias razones por las cuales Andrés Manuel López Obrador fue sujeto al proceso de desafuero, y una de ellas se debe a que siempre ha actuado como lo afirma cada que puede, de acuerdo con sus ideas, pero no conforme a la ley.
El caso que motivó el juicio de procedencia llevado a efecto ayer fue a propósito de lo contenido en el acta del 26 de abril de 2001 de la sesión del Consejo de Administración de la desaparecida empresa estatal Servicios Metropolitanos (Servimet).
“Cumplir compromisos contractuales con empresas particulares a quienes se les había vendido terrenos en esa zona, que se encontraban obstruidos y por los cuales enfrentaban demandas judiciales por daños y prejuicios por varios millones de dólares”.
Por medio de la inmobiliaria Servimet, el Gobierno del Distrito Federal vendió predios a diferentes particulares. Uno de ellos fue el del hospital ABC y otro del Banco Santander.
Pero cuando el hospital estaba prácticamente terminado se dieron cuenta que no tenían accesos. Por lo cual, tanto el hospital como el banco demandaron daños y perjuicios al gobierno capitalino, que ascienden a prácticamente 37 millones de dólares, de los cuales 29 del banco ya son sentencia definitiva que el GDF debía pagar.
De tal forma que el gobierno local decidió que a fin de cumplir con los compromisos contractuales de estos particulares, se debían expropiar algunas fracciones al predio El Encino.
Ese es el motivo, no el que el Jefe de Gobierno y sus millonarios spots exponen para engañar a la gente: que fue para abrir un camino a un centro de salud; el Jefe de Gobierno no dice que violentó el interés de una persona, física o moral, fue para abrirle paso a un hospital privado.
Y en este y todos los casos, las expropiaciones se realizan para interés público, no para el interés privado.
Lo que seguramente debió pasar cuando López Obrador supo de este asunto, fue que dio una orden, de esas que para él se cumplen, no se discuten: “Dale la vuelta”, como lo ha hecho infinidad de ocasiones.
Porque para él nada es imposible. Todo tiene forma de hacerse, precisamente dándole la vuelta. Porque por esa actitud soberbia y autoritaria, dentro de su equipo de colaboradores no hay nadie que le diga no. Nadie que le exponga con firmeza sus errores, sus equivocaciones o sus faltas a la ley.
Porque, a final de cuentas, tampoco hay capacidad dentro de los políticos perredistas, como lo demostraron hace alrededor de dos semanas los diputados locales, cuando se desistieron de un dictamen aprobado por ellos mismos, por no estar en lo que deben.
Y de esa forma, sin saber hasta dónde se pueden meter en problemas, todo mundo le da la vuelta para dejar conforme a su jefe. Y eso fue lo que hicieron. Como no había forma o no quiso pagar la indemnización a que se hizo acreedor el Gobierno por daños y perjuicios, le dieron la vuelta con la expropiación del predio El Encino.
Y cuando tampoco ganaron este, le dieron la vuelta, ahora buscando otro camino de acceso al hospital. Pero hay 29 millones de dólares que, quieran o no, deberán pagar a costa del erario de la ciudad.

Addendum

Fue ridículo ver y escuchar al diputado del PT, Óscar González Yáñez, cuando acusó a los legisladores del PRI y el PAN de “asesinos de la democracia”. ¿Podrá este presunto ex guerrerillero que respondía al mote de Gonzalo hablar de democracia, cuando él se ha convertido desde hace más de 10 años en un trapecista legislativo que ha llegado a los cargos no por elección popular, sino cobijado por las ganancias plurinominales, lo mismo que José Narro Céspedes y Alberto Anaya. Si en verdad son defensores de la democracia, que ellos mismos la practiquen y dejen pasar a otros cuadros, o ¿el Partido del Trabajo es tan pobre políticamente que sólo tiene a tres?

renatoconsuegra@yahoo.com.mx

jueves, abril 07, 2005

Decisión sobre la democracia

(2005-04-07)

A poco más de 24 horas de que la Cámara de Diputados se instale en Jurado de Procedencia, el diario The Washington Post hizo dos interesantes advertencias, una de ellas muy importante al Congreso mexicano, en un editorial llamado "Decisión sobre la Democracia".
La primera es sobre la forma de detener a Andrés Manuel López Obrador y afirma que no es mediante el “truco legal” la mejor manera de hacerlo.
Porque si bien, destaca, 80 por ciento de la población está en contra del desafuero, sólo 37 por ciento de ellos votaría a favor el actual Jefe de Gobierno en las elecciones presidenciales de 2006.
Pero, ante todo, el diario estadounidense asegura en su edición de ayer que un eventual desafuero podría minar el progreso democrático duramente ganado en México, e invitar a la revuelta política a sólo cinco años de que el país aterrizó en una democracia electoral.
Con la sentencia “Five years after Mexico established itself as an electoral democracy, its Congress faces a decision that could undermine that hard-won progress”, inicia el editorial del TWP.
Al respecto señala textualmente: "La descalificación del señor López Obrador podría ser un desastre para el sistema político mexicano y, probablemente, para su estabilidad en el largo plazo".
Es de hacer notar que el The Washington Post es considerado como la voz de la clase política republicana en Estados Unidos, hoy en el poder.
El editorial del Post menciona también la preocupación entre la comunidad financiera estadounidense por una eventual llegada al poder federal de López Obrador, al cual una vez más se compara con el presidente Hugo Chávez de Venezuela.
El diario atribuye a López Obrador haber prometido reinstaurar el populismo del cual se alejó México hace más de 15 años, a través de un mayor gasto público, expulsión de inversionistas extranjeros, renegociación de deuda externa y del
Tratado de Libre Comercio de América del Norte, a pesar –de acuerdo con el periódico- de que éste ha hecho a los mexicanos más ricos gracias al impulso de las exportaciones.
El rotativo deja muy en claro que quienes "quieren ver a un México que continúe modernizándose y creciendo próspero, no desean que López Obrador sea el próximo presidente".
De hecho, en ese editorial se presenta a México como un país rico y próspero, en riesgo de caer en el las profundidades del oscurantismo izquierdista, lo cual, también, es una verdad a medias.
Entonces, advierte que "la forma de detener al popular político no es sacándolo de las boletas electorales mediante un truco legal" e insinúa el camino de las urnas.
Porque, de otra forma, si se excluye a López Obrador de la contienda electoral de 2006, la legitimidad del nuevo presidente será desacreditada dentro y fuera de México.
Entonces, así las cosas lo que el Post advierte es que el eventual desafuero profundice la imagen de víctima del poder del Jefe de Gobierno de la ciudad de México, aumente su popularidad hacia la elección presidencial y eventualmente lo haga presidente, lo que sería considerado como un garrafal error de quienes pretenden su desafuero.
Y ¡eh! ahí el dilema, porque, entonces, como lo hizo ahora, si hoy en la Cámara de Diputados le perdonan la vida políticamente y lo dejan pasar, si no gana López presionará de la misma forma en 2006, y entonces sí el país se metería en una ingobernabilidad mayor.
El caso es que el Jefe de Gobierno ya le tomó la medida a los poderes federales mediante la agitación social y de esa forma pretende llegar a la Presidencia de la República, le permitan contender o no.

renatoconsuegra@yahoo.com.mx

miércoles, abril 06, 2005

La verdadera cara de López

(2005-04-06)

Además de fuerza social demostrable para “presionar” a la Sección Instructora con el fin de evitar que finalmente dictaminara a favor del Juicio de Procedencia, a Andrés Manuel López Obrador el pasado fin de semana también le faltó sensibilidad no sólo política sino humana.
El sábado por la mañana, además de torpe, se mostró grosero, infame y desproporcionado cuando reclamó la atención de los medios de comunicación, en especial la televisión, a la agonía del Papa Juan Pablo II y dejó en un plano bastante secundario la noticia sobre su desafuero.
Dijo que la radio es la campeona de la libertad porque manejó la información de la instructora de una manera muy profesional. Esto es, porque hubo noticiarios con espacios especiales desde la Cámara de Diputados y durante la lectura de su comunicado íntegro, al conocer la noticia tomada por la Sección Instructora.
En cambio, según él, la televisión fue al contrario. “Ayer (el viernes) en la televisión fue abundante (la información sobre la agonía del Papa Juan Pablo II) y, desde luego que es una nota importantísima, y además que le preocupa a la gente, pero repetían y repetían y repetían”.
“Sencillamente fueron horas y horas de comentarios sobre El Papa, de reportajes sobre El Papa, se repitieron, claro que hay que dar la información, pero repetían y repetían y repetían y no dejaron en el momento en que estaba la Instructora resolviendo, pues un pequeño espacio, nada más ‘perdió López Obrador 3 a 1’, como si fuese futbol (…) y la prensa escrita, ya para qué hablamos”.
El Jefe de Gobierno mostró con este tipo de declaraciones que su lucha política es superior a la fe y sentimiento de la gente. No tomó en cuenta que Juan Pablo II ganó el corazón de los mexicanos cuando en 1979, en un acto de absoluta humildad, llegó y besó la tierra que tocaba. Con esa diligencia de respeto a esta tierra, llegó al sentimiento de la gente y no necesitó de amenazas ni de llamar a movilizaciones.
La espontaneidad de la gente se sumó hora con hora mientras las noticias sobre la enfermedad del Papa aumentaban y en las iglesias, sin que nadie llamara a la movilización, miles de fieles se acercaron a pedir en sus oraciones por el restablecimiento de la salud del pontífice polaco.
Pero la carencia de sensibilidad humana llegó a su límite cuando a pesar de haberse anunciado alrededor de las 14 horas la muerte del hombre más querido en el México actual, y cabeza de un gobierno de más de mil 100 millones de fieles alrededor del mundo, en el Zócalo capitalino se mantuvo un “festival de sonideros”, los cuales con la potencia de sus aparatos evitaron escuchar el tañer de las campanas en duelo.
La molestia de los fieles fue reflejada en los noticiarios de radio de ese sábado vespertino cuando México se convirtió en la cara del dolor latinoamericano, pero el Jefe de Gobierno, que dice apreciar la actividad de la radio y asegura escuchar el sentimiento de la gente, permitió que el ruido del festival organizado por el Gobierno del Distrito Federal continuara más allá de las 17 horas.
Esa carencia de sensibilidad no es de ahora. Debemos recordar cuando previo a la megamarcha ciudadana del 27 de junio del año pasado, López Obrador ignoró el reclamo de la población por la inseguridad pública y manifestó que la acción ciudadana era parte del complot en contra suya.
Ese es el verdadero rostro, intolerante cuando las cosas no se hacen o resultan acordes a sus intereses, de este personaje político quien, queriéndose comparar con las figuras religiosas, el pasado viernes llama a realizar “una verdadera purificación de la vida pública”, pero ha demostrado ser sólo un gritón espanta-tontos y no un político verdadero.

renatoconsuegra@yahoo.com.mx

martes, abril 05, 2005

Legisladores, como el Tío Lolo

(2005-04-05)

Los políticos mexicanos continúan haciéndose como el Tío Lolo, y envés de tomar las medidas pertinentes para realizar una verdadera rendición de cuentas, además del control de las precampañas y gastos en publicidad para proselitismo personal, utilizan los máximos foros de la Nación para seguir profundizando su política del ventilador, pero sin aportar prácticamente nada a la democracia de la República.
El pasado 30 de marzo la Comisión del Distrito Federal en el Senado, encabezada por David Jiménez, presentó un exhorto a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, para investigar a través de la Contaduría Mayor de Hacienda el origen de los recursos utilizados en la campaña del Jefe de Gobierno para, en todo caso, actuar conforme a la ley.
La respuesta de Jesús Ortega, defensor de Andrés Manuel López Obrador no podía ser menor: también debe investigarse el origen de los recursos de las precampañas de los gobernadores priistas Arturo Montiel del Estado de México, Enrique Martínez de Coahuila, Manuel Ángel Núñez de Hidalgo, del exgobernador de Tamaulipas Tomás Yarrington, además del coordinador del PRI en el Senado, Enrique Jackson.
La propuesta del coordinador perredista en la Cámara Alta alcanzó, incluso, la abierta campaña proselitista del secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda.
Jorge Zermeño, coordinador de la bancada panista propuso investigar también los recursos destinados para proselitismo personal y maquillaje de imágenes personales, con recursos del erario público, sean municipales, estatales o federales.
Incluso, se llegó a introducir en la lista al gobierno de Leonel Cota Montaño, para determinar si se utilizaron recursos del gobierno de Baja California Sur en su aspiración para convertirse en presidente del PRD nacional.
En este caso los senadores de la República dan pena ajena porque pierden el tiempo en infiernitos, pero no hacen su trabajo que es legislar, para dar piso a la transición a la democracia que necesita nuestro país, y convertirnos en un Estado moderno.
Veamos. Existen fundadas sospechas de que la campaña que realiza el coordinador parlamentario del PRI en la Cámara Alta, Enrique Jackson, es a cambio de que del recinto legislativo salga una Ley de Radio y Televisión favorable a los intereses de los concesionarios de los medios electrónicos.
A ninguno de ellos le marcó políticamente la campaña mediante la cual el actual presidente Vicente Fox no sólo se montó en la candidatura de su partido, sino logro el triunfo en 2000, con recursos ilegales a pesar de la decisión final del Instituto Federal Electoral.
Utilizan el desvío de recursos del caso Pemex como referencia para la anécdota de las prácticas corruptas. Suscriben denuncias de probable infiltración del narcotráfico en campañas electorales como la del actual gobernador de Sinaloa, Jesús Aguilar Padilla.
No son asuntos menores los anteriormente citados. Ante todo el financiamiento de las corporaciones internacionales, sean de la iniciativa privada o pública, así como del narcotráfico.
Entonces, antes de sacar el ventilador para enlodar a todo aquel que se pare enfrente, los senadores de la República y los diputados de la Federación deben reflexionar a qué intereses conviene que no se regule la vida política en el país.
Vivimos una sucesión adelantada hace tres años y los aspirantes de todos los partidos políticos, de manera especial aquellos que se encuentran en el poder, abusan del cargo público para promocionarse en los medios de comunicación, sin que haya quién los regule. Hay un abuso de publicidad en los medios de comunicación, especialmente electrónicos, por el actual gobierno federal.
Pero no hay quien controle esto simple y sencillamente porque en comisiones continúan la nueva Ley de Radio y Televisión, donde es necesario regular los medios electrónicos para publicidad política, y para la publicidad del gobierno; además de la ley que regule la actividad de los partidos políticos y de los procesos electorales.
¿Cuándo habrá verdadera responsabilidad y sentido político?

renatoconsuegra@yahoo.com.

lunes, abril 04, 2005

Gran mentira en 24 palabras

(2005-04-04)

Tras conocer la decisión tomada por la Sección Instructora el pasado viernes, cuando dio luz verde a la realización del Juicio de Procedencia para analizar si jurídicamente procede quitarle el fuero constitucional, Andrés Manuel López Obrador dijo en su mensaje que “todo esto sirve para saber cómo actúa la llamada ‘clase política’ y cómo se menosprecia la voluntad popular y los sentimientos de la gente”.
Es de llamar la atención este párrafo porque en tan solo 24 palabras, dejó ver la trampa en que siempre ha metido a la gente que le quiere creer.
Veamos.
Dice: “Todo esto sirve para saber cómo actúa la llamada clase política”.
¿Quiere decir entonces qué él no pertenece a la llamada cla-se po-lí-ti-ca?
Pues, ¿entonces qué es lo que ha hecho durante los últimos 30 años de su vida si no política y pertenecido a ella, de la que ha vivido?
Luego dice que “todo esto sirve para saber (…) cómo se menosprecia la voluntad popular”.
Primero tendría que argumentar, ¿qué quiere decir con que se menosprecia la voluntad popular?
O, ¿acaso por el nada simple hecho de haber sido elegido por el voto de la mayoría de los habitantes del Distrito Federal, no puede ser sujeto a una sanción debido al abuso de autoridad que cometió por el poder que tiene?
¿Quiere decir esto que todos los ciudadanos debemos estar a merced de la gente a la que elegimos? ¿Entonces no hay forma de defendernos frente a los abusos de aquellos a quienes entregamos el poder público para que tomen las mejores decisiones que deben ser del interés general, sin atropellar los intereses particulares que sabiamente están protegidos en nuestras leyes?
¿Quiere decir que ser electo por el voto popular es sinónimo de impunidad?
¿No es el propio López Obrador quien ha ofrecido una “ver-da-de-ra pu-ri-fi-ca-ción” de la vida pública como citó también el pasado viernes?
¿Entonces por qué quiso mantener las prácticas corruptas que él mismo dice combatir, y mediante el chantaje político evitar un juicio, escudándose en su presunta popularidad en las encuestas?
Y luego en el más elevado sentido populista dije: “Todo esto sirve para saber (…) có-mo se me-nos-pre-cian los sen-ti-mi-en-tos de la gente”
Al respecto, quiero recordar que en su libro Enciclopedia de la política, editado en 1997 por el Fondo de Cultura Económica –-digo la fecha para que no se diga que es otro complot en su contra--, el ex presidente ecuatoriano Rodrigo Borja, afirma que una característica del populismo es el discurso "maniqueo y exaltado, usualmente de rasgos 'redentoristas', que apela más a la emoción que a la razón y que ofrece soluciones mágicas para los problemas de la gente”.
En su obra, Borja agrega que estos caudillos populistas, usualmente entregan a la masa la ilusión de "par-ti-ci-pa-ción" y "pro-ta-go-nis-mo", como lo hace López al invitarlos a estar atentos y manifestarse.
Además, agrega el ex presidente de Ecuador, cultivan su imagen de hombre valiente y desinteresado, y buscan identificar siempre a un "enemigo del pueblo contra quién descargar toda la furia contenida de la masa, por siglos de frustración”.
En el caso de López Obrador, el viernes pasado, como lo ha hecho a lo largo de los últimos meses, se fue contra El Innombrable Carlos Salinas y el actual presidente Vicente Fox.
Y como signo inequívoco, "con frecuencia se presentan como 'víctimas', si no como 'mártires', de los grupos de poder".
Lo dijo el viernes López Obrador al afirmar que decidieron por consigna aprobar un dictamen para desaforarlo, destituirlo, someterlo a pena corporal y tratar de inhabilitarlo políticamente, con miras a las elecciones de 2006.
En ese estudio que data de hace 8 años, Rodrigo Borja afirma que los grupos de pobreza extrema son muy sensibles a la predica reinvindicatoria y se entregan fácilmente a la seducción de la demagogia populista".
Cualquier parecido con la realidad, ¿será mera coincidencia?

renatoconsuegra@yahoo.com.mx