jueves, noviembre 25, 2004

Policías, incapaces


Renato Consuegra


(2004-11-25)


Después de escuchar las declaraciones realizadas la noche del martes por Damián Canales, director Jefe de la Policía Judicial del Distrito Federal; de José Luis Figueroa, comisionado de la Policía Federal Preventiva; y luego el culpable silencio de Marcelo Ebrard, secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal, y su subsecretario Gabriel Regino, quien cada que puede se luce contra personas indefensas, sólo queda una palabra para calificarlos: incapaces.

Tardaron poco más de dos horas en llegar al centro de San Juan Ixtayopan y sólo pudieron rescatar con vida y sumamente maltrecho a uno de los policías encubiertos en una investigación de narcomenudeo frente a la escuela Popol Vuh: Edgar Moreno Nolasco.

Son estas entidades policiales, quienes pretenden obtener mayor presupuesto. Para qué, es la pregunta. ¿Para que los jefes vivan a cuerpo de rey y utilicen el dinero de los ciudadanos en sus aspiraciones políticas? ¿Para que en colusión con esos jefazos sus amigos realicen pingües negocios con el presupuesto de la ciudad o de la Nación? ¿Para gastar millones en propaganda para decirle a la gente que la cuidan y en realidad no saben cómo?

La interrogante que los descalifica por completo es la siguiente: ¿Por qué razón los representantes de los medios de comunicación llegaron al lugar con suficiente tiempo y lograron hablar con los jóvenes policías antes del desenlace mortal para dos de ellos? ¿Por qué no lo hicieron las distintas policías, con el número de elementos, recursos técnicos, físicos dentro de los que se encuentran incluso los aéreos con que cuentan repartidos en toda la ciudad? ¿Qué sucede con la dirección de Seguridad Pública de Tláhuac donde el jefe, Rigoberto Salgado anda a salto de mata si no es que, como lo adelantamos, se encuentra en el reclusorio Norte, mientras su subdirector sólo acierta a hacer su trabajo político como protegido que es de René Bejarano? y ¿Para qué carambas está la jefa delegacional Fátima Mena, que esa noche fue echada literalmente por la turbamulta que de esa forma le demostró su desprecio?

A pesar de tanta incapacidad e ineficacia de las autoridades no es justificable el acto de barbarie que presenciamos por las imágenes de televisión.

Pero, ¿qué piensan los ciudadanos azuzados por algunos personajes oscuros (habrá que hacer una investigación muy detallada para encontrar a los responsables) cuando los jóvenes linchados se presentan como policías, luego de que en las últimas semanas en los medios de información se ha dado cuenta de los secuestradores, violadores y demás delincuentes que se encuentran al frente de los aparatos policiales y los órganos administradores de justicia?

Los sucesos de la oscura tarde del martes 23 no son una sorpresa. Los vecinos de Tláhuac, de Milpa Alta y otras delegaciones como Álvaro Obregón y Xochimilco ya habían tomado la justicia en sus manos y amenazaron con que lo volverían a hacer ante la desconfianza a las autoridades en la presente administración.

La violencia bárbara de los tlahuaquenses como fenómeno social es entendible cuando les dicen que dos niñas han sido secuestradas y esa tarde otras dos más fueron alejadas de sus familias por una mujer que acompañaba a los policías. Sin embargo, no se justifica haber llegado a tal grado de brutalidad. Como tampoco es una excusa para que los jefes policiales pongan más atención a los temas políticos y como Ebrard sueñen con la Jefatura de Gobierno en lugar de ver por la seguridad que les fue encomendada.

No hay comentarios.: