(2004-03-29)
A diferencia de su verdad mediática impuesta por medio de los programas de adultos mayores y la construcción de obras viales, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador debe aclarar por qué motivo dejó de ejercer casi cinco mil millones de pesos para mantenimiento e inversión en obras públicas de la ciudad; y en cambio hubo un crecimiento en el pago a la burocracia por prácticamente el doble.
Veamos: El gobierno del Distrito Federal ha dejado de ejercer durante los últimos tres años 4 mil 744 millones de pesos en inversión para la ciudad, es decir, no ha gastado esa cantidad en pavimentación, alumbrado público, drenaje, obras para la red de agua y otros rubros. Para ponerlo más clarito: con esa suma pudieron comprarse alrededor de 60 mil autos compactos.
En cambio, de acuerdo con el Informe de Avance Programático Presupuestal del GDF, entregado a la Asamblea Legislativa por ahí del 15 de febrero, la tan llevada y traída austeridad republicana se demostró que es una falacia.
El incremento entre lo pagado a los trabajadores del gobierno local en el último ejercicio de la administración de Rosario Robles en 2000 y el cierre del ejercicio de 2003 es superior a 9 mil 500 millones de pesos.
La capacidad de poder realizar una administración competente del Jefe de Gobierno del Distrito Federal se intenta vender a los probables electores para 2006 como un rayito de esperanza, frente a la forma como actuaron los gobiernos del PRI y actualmente del PAN. Pero cuando su manera de manejar los recursos de la ciudad de México se pone a juicio, los hechos dejan de sustentar a las palabras.
Ha dejado de ejercer dinero que le fue aprobado por la Asamblea Legislativa para el mantenimiento y mejoramiento de los servicios en la ciudad pero, a cambio, ha aumentado los gastos de administración de la misma, es decir, el pago de burócratas que hacen cada vez más tortuosas las gestiones en el gobierno.
Veamos: En 2001 dejó de ejercer mil 665 millones de los 16 mil 179 millones de pesos autorizados. En 2002 gastó 678.9 millones de pesos por sobre el monto destinado de 20 mil 120.7 millones, pero el subejercicio se incrementó de forma considerable el año pasado cuando no gastó 3 mil 758.6 millones de pesos de los 15 mil 915.7 que le fueron autorizados.
Andrés Manuel López Obrador y su mago de las finanzas, Gustavo Ponce Meléndez deberán explicar ese quitar y poner del dinero de los capitalinos, ya que, por ejemplo, sólo en 2003 tres cuartas partes del incremento en el gasto total de la ciudad con respecto al año anterior fue para gastos de administración.
El gasto corriente en 2000 era de 43 mil 62.2 millones de pesos; para 2001 ascendió a 47 mil 106.7 millones de pesos, para 2002 la cifra se disparó a 52 mil 570.3 millones de pesos y sólo el año pasado descendió 25.3 millones comparado con la cifra anterior.
Addendum
Que tras los escándalos de los videos, a los funcionarios de estructura de las distintas Jefaturas Delegaciones administradas por perredistas (de jefes de departamento para arriba) los hicieron firmar una especie de declaración patrimonial y llegaron al extremo de ir a sus domicilios particulares a tomar fotos de la forma como viven.
renatoconsuegra@yahoo.com.mx
A diferencia de su verdad mediática impuesta por medio de los programas de adultos mayores y la construcción de obras viales, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador debe aclarar por qué motivo dejó de ejercer casi cinco mil millones de pesos para mantenimiento e inversión en obras públicas de la ciudad; y en cambio hubo un crecimiento en el pago a la burocracia por prácticamente el doble.
Veamos: El gobierno del Distrito Federal ha dejado de ejercer durante los últimos tres años 4 mil 744 millones de pesos en inversión para la ciudad, es decir, no ha gastado esa cantidad en pavimentación, alumbrado público, drenaje, obras para la red de agua y otros rubros. Para ponerlo más clarito: con esa suma pudieron comprarse alrededor de 60 mil autos compactos.
En cambio, de acuerdo con el Informe de Avance Programático Presupuestal del GDF, entregado a la Asamblea Legislativa por ahí del 15 de febrero, la tan llevada y traída austeridad republicana se demostró que es una falacia.
El incremento entre lo pagado a los trabajadores del gobierno local en el último ejercicio de la administración de Rosario Robles en 2000 y el cierre del ejercicio de 2003 es superior a 9 mil 500 millones de pesos.
La capacidad de poder realizar una administración competente del Jefe de Gobierno del Distrito Federal se intenta vender a los probables electores para 2006 como un rayito de esperanza, frente a la forma como actuaron los gobiernos del PRI y actualmente del PAN. Pero cuando su manera de manejar los recursos de la ciudad de México se pone a juicio, los hechos dejan de sustentar a las palabras.
Ha dejado de ejercer dinero que le fue aprobado por la Asamblea Legislativa para el mantenimiento y mejoramiento de los servicios en la ciudad pero, a cambio, ha aumentado los gastos de administración de la misma, es decir, el pago de burócratas que hacen cada vez más tortuosas las gestiones en el gobierno.
Veamos: En 2001 dejó de ejercer mil 665 millones de los 16 mil 179 millones de pesos autorizados. En 2002 gastó 678.9 millones de pesos por sobre el monto destinado de 20 mil 120.7 millones, pero el subejercicio se incrementó de forma considerable el año pasado cuando no gastó 3 mil 758.6 millones de pesos de los 15 mil 915.7 que le fueron autorizados.
Andrés Manuel López Obrador y su mago de las finanzas, Gustavo Ponce Meléndez deberán explicar ese quitar y poner del dinero de los capitalinos, ya que, por ejemplo, sólo en 2003 tres cuartas partes del incremento en el gasto total de la ciudad con respecto al año anterior fue para gastos de administración.
El gasto corriente en 2000 era de 43 mil 62.2 millones de pesos; para 2001 ascendió a 47 mil 106.7 millones de pesos, para 2002 la cifra se disparó a 52 mil 570.3 millones de pesos y sólo el año pasado descendió 25.3 millones comparado con la cifra anterior.
Addendum
Que tras los escándalos de los videos, a los funcionarios de estructura de las distintas Jefaturas Delegaciones administradas por perredistas (de jefes de departamento para arriba) los hicieron firmar una especie de declaración patrimonial y llegaron al extremo de ir a sus domicilios particulares a tomar fotos de la forma como viven.
renatoconsuegra@yahoo.com.mx
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