jueves, marzo 25, 2004

Renta de plazas en la Setravi

(2004-03-25)

La presunción ha llevado a Christian Carrillo, un novel empleado de la Secretaría de Transportes y Vialidad del Gobierno del Distrito Federal, a develar su cercanía con el titular de la dependencia pero, sobre todo, la existencia de un sistema de renta de plazas mediante el que presuntamente Francisco Garduño Yáñez y su familia le sacan jugo a su gestión al frente de la entidad rectora del control vehicular en la ciudad de México.
Así que entre plática y plática, a Christian se le ha ocurrido soltar que en la nómina como encargado del área donde se califican las sanciones y se ordena la entrega de las unidades de microbuses y taxis enviados a los corralones —oficinas centrales ubicadas en Álvaro Obregón e Insurgentes—, gana un salario cercano a los 27 mil pesos mensuales.
El monto de la remuneración no es el problema. Finalmente el cargo puede ameritarlo. El asunto es que Carrillo debe entregar cada mes, sin falta, 20 mil pesos de su salario a Salvador Garduño Yáñez, hermano nada menos que del secretario.
Claro, los 7 mil pesos restantes de su salario podríamos imaginar que son como la propina para este joven que gustoso aceptó el trato, pues aunque le quitan casi tres cuartas partes de lo que cobra en nómina, lo pusieron donde hay. Es decir, que este joven empleado se lleva un entre que va de los 100 a los 500 pesos por cada unidad que debe salir diariamente de los distintos corralones donde son enviados los vehículos del transporte público concesionado.
El parque vehicular en el Distrito Federal suma alrededor de 120 mil taxis y 30 mil microbuses. ¡Háganle cuentas!
Así, queda claro que en la Setravi cuentan con otra forma muy original de tener a los familiares en la nómina. Rentan las plazas. ¿Recuerda usted la renta de placas que hacen algunos taxistas? Pues algo parecido.
Pero el de Christian Carrillo no es un caso particular. La Setravi así funciona. Al estilo de la Policía Preventiva donde los subalternos le tienen que entrar con los jefes. Por lo mismo los trabajadores tienen manga ancha para entrarle a la corrupción a fin de completar el gasto de sus hogares, porque religiosamente deben entregar alrededor de 30 por ciento de sus emolumentos “para subirlos allá arriba”.
Entonces, un funcionario de bajo nivel que gana alrededor de 10 mil pesos debe entregar 3 mil para “el jefe”.
Si formas de corrupción hay muchas, sólo hay que idearlas.

Addendum

Que hay un acuerdo entre el PRI, el PAN y el PRD en la Cámara de Diputados con el fin de echar para atrás los juicios de procedencia en contra del senador Ricardo Aldana Prieto por el Caso Pemex; de Fernando Arévalo Espino por ataques a las vías de comunicación acusado por el Gobierno del Distrito Federal y contra René Bejarano por actos de corrupción y presunto enriquecimiento ilícito. El caso es que como presidente de la Comisión Instructora ayer fue nombrado el perredista Horacio Duarte OlivaresClaudia Sheinbaum se aleja cada día más de su jefe Andrés Manuel López Obrador, puesto que ha generado una serie de conflictos al interior del Fideicomiso para los distribuidores viales y el Segundo Piso, ya que ha pretendido hacer modificaciones técnicas que ponen en riesgo las obras. La cosa ha llegado a tal extremo que si el director del fideicomiso Rodrigo Rey antes acordaba con ella, desde hace algunas lo hace directamente con López Obrador.

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