viernes, abril 15, 2005

Blanco y negro

(2005-04-15)

Quiero iniciar mi comentario con una pregunta para los lectores: ¿De qué color miran las cosas? ¿En blanco o en negro?
Porque si usted todavía tiene capacidad de verlas de otro color diferente al blanco o negro, quiere decir que aún está sano y no ha sido infectado con el virus de la polarización actual en el país, pero muy especialmente en esta ciudad de México.
Porque en este asunto del desafuero tanto una parte como la otra estiraron la liga de una manera irracional, y sólo han logrado que el país esté a punto de la ingobernabilidad y prácticamente estancado en asuntos que debieran ser de capital importancia para su futuro no sólo inmediato.
Un día de estos comí con algunos amigos, varios de los cuales tenemos también otros amigos en común, muchos de ellos militantes de la izquierda, que hoy, se han vuelto en contra de quienes de una u otra forma hemos criticado a López Obrador.
Esos amigos que no recuerdan que la labor del periodista es el análisis y la crítica para dar a los lectores y radioescuchas elementos para formar opinión.
Esos amigos que tampoco tienen en la mente la cantidad de ocasiones que hemos criticado la manera de hacer política del actual gobierno federal, de la forma ilegal como Vicente Fox llegó al poder con dinero presuntamente del extranjero, de la cantidad de ocasiones cuando censuramos la utilización de dinero de PEMEX para la campaña de Labastida y muchas otras opiniones desaprobando las actuaciones de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo.
Es decir, sólo ven en blanco o negro. En una palabra, se encuentran en un virtual estado de guerra donde si uno no está con la posición de ellos en este momento, está contra ellos.
Este grado de polarización se nota no sólo entre los periodistas, sino también en las propias familias que han llegado al grado de la ruptura, lo que habla de un completo estado de intolerancia social que, si no es conducido de una forma mesurada por los diferentes líderes sociales y de opinión, puede generar un verdadero caos social.
Un ejemplo de este grado de intolerancia fue visto ayer en la sesión de pleno en la Cámara de Diputados, cuando el diputado panista Francisco Isaías Lemus, escupió al perredista y presidente de la sección Instructora Horacio Duarte, por una presumible provocación.
No puedo calificar si fue o no provocación porque no pude observar las escenas… pero lo que se ve es que las cosas se continúan polarizando en el ambiente político, cuando son precisamente estos actores quienes deben mostrar cordura, y los cuales tienen el deber de utilizar la política como instrumento para dirimir diferencias, empero son los primeros en manifestar una total intolerancia con quienes piensan diferente.
Por el bien de todos, es necesario que veamos las cosas en su real color, que no nos apasionemos y que así como tenemos el derecho de pensar, también seamos tolerantes con quienes de la misma forma tienen derecho a tener sus propias ideas y expresarlas, no importa que lo hagan en forma diferente a la nuestra, escuchémoslos, aunque no compartamos sus puntos de vista….
Ya lo dijo el pensador francés Francois Marie Arouet Voltaire: “No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a decirlo”.
Y es que de acuerdo con varios filósofos, la auténtica tolerancia no exige que abandonemos nuestras convicciones, sino que respetemos la inviolabilidad de la conciencia ajena y su derecho no sólo a seguir sus creencias, sino también a expresarlas. Esto es lo que realmente da vida a un estado democrático, donde se permita que las ideas y creencias de unos y otros permitan al resto a crear convicciones propias. De otra forma, la eliminación de las ideas y expresiones ajenas provocan el autoritarismo.
La tolerancia también implica reconocer como intrínsecamente malo el uso de la fuerza para cambiar el modo de pensar de alguno, aunque estemos ciertos de que está equivocado. Esta es la esencia de un pensador liberal, porque los liberales no pueden ser dogmáticos.
Octavio Paz dijo en su obra Itinerarios, penúltima de su larga vida filosófica y literaria, que el relativismo "nos ha dado muchas cosas buenas y la mejor entre ellas ha sido la tolerancia, el reconocimiento del otro".
Reconocer a los demás, será siempre la mejor manera de poder convivir y enriquecer de ideas el debate político, económico y social del país.

renatoconsuegra@yahoo.com.mx

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