jueves, abril 14, 2005

Imprudentes

(2005-04-14)

Los hechos alrededor del desafuero más publicitado en la historia del país nos han dejado hasta ahora varias lecciones pero, sobre todo, se han descubierto una serie de incapacidades, ineptitudes, irresponsabilidades e insensatez que al tensar la liga de una y otra parte, no hicieron más que menospreciar el instrumento más viable hasta el momento para dirimir las diferencias: la política.
Y por política no debe entenderse “transar” o “negociar en lo oscurito”; mucho menos ser buen cristiano y poner la otra mejilla. No, de lo que se trata es de no ser imprudentes porque la cortedad de mirillas puede meter al país en un brete.
Hoy la Procuraduría General de la República se ha manifestado sólo como un instrumento del poder político para cobrar venganza de sus contrincantes, como sucedía en el pasado.
Tal ha sido el acoso judicial, linchamiento mediático y político para Nahum Acosta Lugo, acusado de participar con el narcotráfico desde la casa presidencial, cuya reciente liberación hace presumir un ajuste de cuentas dentro del propio primer círculo del poder.
Detrás de esta investigación se encuentra José Luis Santiago Vasconcelos, quien se ha colocado como un ariete de poderosos grupos políticos.
Está también detrás de la detención de Artemisa Aguilar, madre de Maritza Pérez y suegra de Santiago Pando, ex publicista de Vicente Fox, recluida y acusada de encabezar una banda de traficantes de indocumentados.
Es muy probable que esta acusación también sea revertida pronto.
La comparecencia de Carlos Javier Vega Memije el pasado día 7 habló de manera más que clara del modo cómo la procuración de justicia y la presunta defensa de la legalidad son utilizadas, al realizar una valoración política de las formas e inclinaciones del hacer del “acusado”, cuando lo congruente hubiera sido ceñirse a los dictados jurídicos para hacer un pormenorizado detalle de la ilegalidad cometida y sus equiparables.
Lo mismo pudo hacer López. Pero tensó la cuerda, cuando ciego, también, realizó un discurso político en el cual puso en el mismo costal a los tres poderes federales.
Para él tampoco hay matices. No existen los grises. Continúa en la tónica de una perversa conjura de todas las fuerzas del mal (dixit los Pejecomics) contra un hombre bueno al que sólo lo puede salvar el respaldo popular.
Sin embargo, y para fortuna del país. Todavía existe un Poder Judicial que, con todos y sus asegunes, en ocasiones tiene brillos frente a la ciudadanía. Y en este caso podría demostrar la mesura no lograda por los bandos en conflicto y actuar políticamente.
Es decir, puede darle celeridad al proceso penal en contra de López Obrador y dictar auto de libertad o formal prisión en un tiempo relativamente corto, para dar oportunidad a que el tabasqueño pueda contender, una vez que haya pagado su falta, si eventualmente se le demuestra.
Hacerlo de otra forma por parte del Poder Judicial no sería otra cosa que cometer una imprudencia más contra la República y sus ciudadanos. Sería dejar la inteligencia a un lado, para seguir los vuelcos de la emoción en un poder dedicado al arbitraje de las diferencias jurídicas y la administración de la justicia.

renatoconsuegra@yahoo.com.mx

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