viernes, abril 08, 2005

Dale la vuelta

(2005-04-08)

Existen varias razones por las cuales Andrés Manuel López Obrador fue sujeto al proceso de desafuero, y una de ellas se debe a que siempre ha actuado como lo afirma cada que puede, de acuerdo con sus ideas, pero no conforme a la ley.
El caso que motivó el juicio de procedencia llevado a efecto ayer fue a propósito de lo contenido en el acta del 26 de abril de 2001 de la sesión del Consejo de Administración de la desaparecida empresa estatal Servicios Metropolitanos (Servimet).
“Cumplir compromisos contractuales con empresas particulares a quienes se les había vendido terrenos en esa zona, que se encontraban obstruidos y por los cuales enfrentaban demandas judiciales por daños y prejuicios por varios millones de dólares”.
Por medio de la inmobiliaria Servimet, el Gobierno del Distrito Federal vendió predios a diferentes particulares. Uno de ellos fue el del hospital ABC y otro del Banco Santander.
Pero cuando el hospital estaba prácticamente terminado se dieron cuenta que no tenían accesos. Por lo cual, tanto el hospital como el banco demandaron daños y perjuicios al gobierno capitalino, que ascienden a prácticamente 37 millones de dólares, de los cuales 29 del banco ya son sentencia definitiva que el GDF debía pagar.
De tal forma que el gobierno local decidió que a fin de cumplir con los compromisos contractuales de estos particulares, se debían expropiar algunas fracciones al predio El Encino.
Ese es el motivo, no el que el Jefe de Gobierno y sus millonarios spots exponen para engañar a la gente: que fue para abrir un camino a un centro de salud; el Jefe de Gobierno no dice que violentó el interés de una persona, física o moral, fue para abrirle paso a un hospital privado.
Y en este y todos los casos, las expropiaciones se realizan para interés público, no para el interés privado.
Lo que seguramente debió pasar cuando López Obrador supo de este asunto, fue que dio una orden, de esas que para él se cumplen, no se discuten: “Dale la vuelta”, como lo ha hecho infinidad de ocasiones.
Porque para él nada es imposible. Todo tiene forma de hacerse, precisamente dándole la vuelta. Porque por esa actitud soberbia y autoritaria, dentro de su equipo de colaboradores no hay nadie que le diga no. Nadie que le exponga con firmeza sus errores, sus equivocaciones o sus faltas a la ley.
Porque, a final de cuentas, tampoco hay capacidad dentro de los políticos perredistas, como lo demostraron hace alrededor de dos semanas los diputados locales, cuando se desistieron de un dictamen aprobado por ellos mismos, por no estar en lo que deben.
Y de esa forma, sin saber hasta dónde se pueden meter en problemas, todo mundo le da la vuelta para dejar conforme a su jefe. Y eso fue lo que hicieron. Como no había forma o no quiso pagar la indemnización a que se hizo acreedor el Gobierno por daños y perjuicios, le dieron la vuelta con la expropiación del predio El Encino.
Y cuando tampoco ganaron este, le dieron la vuelta, ahora buscando otro camino de acceso al hospital. Pero hay 29 millones de dólares que, quieran o no, deberán pagar a costa del erario de la ciudad.

Addendum

Fue ridículo ver y escuchar al diputado del PT, Óscar González Yáñez, cuando acusó a los legisladores del PRI y el PAN de “asesinos de la democracia”. ¿Podrá este presunto ex guerrerillero que respondía al mote de Gonzalo hablar de democracia, cuando él se ha convertido desde hace más de 10 años en un trapecista legislativo que ha llegado a los cargos no por elección popular, sino cobijado por las ganancias plurinominales, lo mismo que José Narro Céspedes y Alberto Anaya. Si en verdad son defensores de la democracia, que ellos mismos la practiquen y dejen pasar a otros cuadros, o ¿el Partido del Trabajo es tan pobre políticamente que sólo tiene a tres?

renatoconsuegra@yahoo.com.mx

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