martes, mayo 25, 2004

Alerta en Consejo de Transparencia

(2004-05-25)
http://www.lacrisis.com.mx/cgi-bin/cris-cgi/DisComuni.cgi?colum2920040525031119

En las últimas semanas en este espacio hemos documentado cómo funcionarios capitalinos se han dedicado a saquear las arcas del Gobierno del Distrito Federal con la complacencia, si no es que la bendición y por orden, también, del jefe de Gobierno.
En el Sistema de Aguas de la Ciudad de México duplican contratos, compran grúas que no corresponden a su labor, entran en componendas con empresas particulares, boicotean, presionan y persiguen a los trabajadores que no están de acuerdo con entrarle al carro de la corrupción, lo mismo que en el Fideicomiso para el Mejoramiento de las Vialidades (Fimevic)
El jefe de Gobierno fustigó el 28 de marzo a los que "siempre han saqueado al país, los que se han hecho inmensamente ricos al amparo del poder público" y que ahora quieren erigirse como jueces o paladines de la transparencia y la honradez.
Recuerdo esto porque las consejeras ciudadanas del Consejo de Información Pública del Distrito Federal, María Elena Pérez-Jaen Zermeño y Odette Rivas, enviaron a este servidor una alerta urgente al acto de apropiación que la contralora Bertha Luján hará esta mañana del instrumento de transparencia de la ciudad.
Dicen que Luján "intentará imponer su propuesta de reglamento interno, con lo cual quedaría cancelada la autonomía y la imparcialidad del Consejo de la Transparencia del Distrito Federal", porque no sólo tendrá mayoría en el Consejo, sino que ahora "pretende controlar toda la vida interna de esta institución"; con la exclusión de las decisiones internas del consejo a la representación ciudadana, pues a las consejeras ciudadanas sólo "se les asigna una participación marginal en algunas comisiones, sin ningún poder de decisión y sin conocer los recursos de inconformidad que presenten los particulares, cuando la información les sea negada".
Con esta actitud, afirman, a) la jefatura de Gobierno se apropiará de la vida interna del consejo; b) empantanará la transparencia y secuestrará el derecho que tenemos de saber qué hace el gobierno con nuestros impuestos, cómo lo hace y por qué lo hace; c) demuestra el Gobierno del Distrito Federal que tiene miedo a la transparencia por los actos de corrupción que se han hecho públicos en los últimos meses; d) no se respeta la autonomía necesaria para garantizar imparcialidad y objetividad, y e) el presidente del Consejo, Gustavo Velásquez, "con sus actitudes y su subordinación a Bertha Luján pone en riesgo un derecho exigido, desde hace mucho tiempo, no sólo por los habitantes de la capital, sino por todas las personas que soliciten la información en posesión de los órganos de gobierno del Distrito Federal".
La oposición denunció, antes de su imposición a fines de febrero, que Gustavo Velásquez es amigo de Bertha Luján, y preveían que su nombramiento era una artimaña más del jefe de Gobierno para evitar la transparencia en el manejo de los recursos en el GDF, de la que ha sido renuente.
Andrés Manuel López Obrador vetó la Ley de Transparencia en diciembre de 2002; luego en marzo de 2003 redujo el debate sobre el consejo a un asunto de pesos y centavos por los salarios que habrían de recibir los consejeros. Renunció Leoncio Lara y en su lugar se impuso a Velásquez.
Sin embargo, el Señor Honestidad Valiente sabe de qué tamaño es la corrupción dentro del Gobierno del Distrito Federal que encabeza y, por tal motivo, cada vez que se presenta la oportunidad da pasos en contra de la transparencia, desde el momento mismo cuando fue aprobada por la ALDF la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental de la capital, y se determinó la instalación del consejo.
"No es necesario", dijo López Obrador, la primera ocasión. Desde su propia perspectiva, todos sus actos son democráticos; sólo él y nadie más que él en esta ciudad asume y practica la democracia y la honestidad. "¿Para qué?".
Otra de sus excusas fue que la corrupción no se va a resolver al crear aparatos como el Consejo para la Transparencia. "Hace cuánto que existen las contralorías y cuántos corruptos hay en la cárcel... muy pocos, pero eso sí, se gasta en serio", dijo en aquella ocasión.
Hoy se definirá, sin duda, el instrumento más importante de control en la ciudad. Esperemos que haya congruencia de Bertha Luján y el resto de consejeros no ciudadanos. O al tiempo caerá la ignominia sobre todos ellos.

renatoconsuegra@yahoo.com.mx

No hay comentarios.: