martes, mayo 04, 2004

Sanción a proyectista de AMLO


Ahora que existe dentro del Gobierno del Distrito Federal un “fuerte y real compromiso con la transparencia, el combate a la corrupción y por la honestidad”, sería congruente que la Contraloría General encabezada por Bertha Luján ponga su lupa a trabajar e investigue a la empresa del proyectista estrella de Andrés Manuel López Obrador, José María Rioboó Martín, no sea que al paso de los años salga otro Ahumada, pero este no argentino, sino español.
Resulta que el pasado día 15 la Secretaría de la Función Pública dio a conocer por medio de una circular publicada en el Diario Oficial de la Federación, de una sanción por seis meses en contra de la empresa Consultoría Rioboó, que ha proyectado la construcción de los segundos pisos y distribuidores viales en el Gobierno del Distrito Federal.
La SFP hizo del conocimiento de las oficialías mayores de las dependencias federales, de la Procuraduría General de la República y de los gobiernos de las entidades federativas que “deberán abstenerse de aceptar propuestas o celebrar contratos con la Consultoría Rioboó” en el lapso comprendido entre el 16 de abril y 16 de octubre de este año.La razón fue por incumplimiento de obligaciones fiscales y entrega de información falsa a la Secretaría de Salud. Esto es, Rioboó mintió al gobierno federal sobre la situación fiscal de su empresa.
La causa de la sanción decretada por el Área de Responsabilidades del Órgano Interno de Control en la Secretaría de Salud es la siguiente: “Proporcionó información falsa en la formalización del contrato No. DGOCE-SS-AD-017-99, que le adjudicó la Secretaría de Salud relativo a la coordinación general de la supervisión integral de obra, para la construcción, terminación, equipamiento y puesta en marcha del Centro Nacional de Rehabilitación, al haber manifestado bajo protesta de decir verdad que se encontraba al corriente en el cumplimiento de sus obligaciones fiscales, lo que resultó contrario a la realidad según lo determinado por el Servicio de Administración Tributaria, dependiente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público”.
Rioboó realizó la proyección del segundo piso y cobró 13 millones de pesos al Gobierno del Distrito Federal por un trabajo incompleto que finalmente no sirvió, pues no sólo se equivocó en la proyección, sino que no entregó completo el proyecto ejecutivo a la hora de realizar las licitaciones, y las empresas contratistas elevaron sus presupuestos para cubrirse debido a que no tenían forma de asegurar sus pagos, las garantías, daños a terceros y otros.
Finalmente los mil 500 millones de pesos inicialmente presupuestados para las cinco etapas quedaron muy por debajo de la proyección de los constructores y fue este el motivo por el que se suspendió la obra completa, para hacerla en partes.
A pesar de estas irregularidades, le fueron designadas también las proyecciones de los distribuidores viales San Antonio y San Jerónimo, donde volvió a cobrar.
Dato aparte, la entrega del contrato a Rioboó fue hecha por asignación directa al haber alegado que se daba por especialidad, una forma de darle vuelta a la Ley de Adquisiciones y Obras Públicas y no poner la licitación a concurso, cuando seguramente había muchas otras empresas con experiencia probada en este tipo de trabajos.
Otro dato es el siguiente: La Secretaría de Salud también se tardó en encontrar irregularidades de Rioboó en 1999, ya que en 2002 le entregó por adjudicación directa el contrato DGDIF-CNR-S-AD-006-2002, por 591 mil 417.35 pesos para la actualización de los catálogos de conceptos de obra pendiente de ejecutar en los niveles 1, 2, 3 y obras complementarias, del Cuerpo II, Hospitalización de Ortopedia y otros en el Centro Nacional de Rehabilitación, ubicado en avenida México-Xochimilco, número 289, de la colonia Arenal de Guadalupe en la Delegación Tlalpan.

renatoconsuegra@yahoo.com.mx

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